Incidencia Internacional
y protección de derechos colectivos: la experiencia de CONACAMI
Por: Wilwer Vilca
Quispe
Durante los últimos años, la Confederación Nacional
de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería , CONACAMI, en alianza con otras organizaciones,
ha ensayado diversas estrategias de defensa de derechos de los pueblos indígenas:
movilizaciones, paralizaciones, diálogos con el gobierno y representantes de
empresas mineras, informes acerca de violación a derechos humanos ante
organizamos internacionales. En estas líneas pretendemos resaltar algunos aciertos
de este aprendizaje, en el ámbito de la relación con instancias
internacionales.
Una de las estrategias que ayudó a detener
la conducta impulsiva de violaciones a los derechos de los pueblos indígenas
por los sucesivos gobiernos en el Perú, ha sido la de elevar denuncias e
informes ante organismos de derechos humanos de la OEA y la ONU , que en cierta forma
ayudaron a visibilizar los atropellos a los que están sometidos los pueblos en
el Perú. Esta ha sido una útil estrategia de defensa de derechos territoriales,
frente a instancias jurisdiccionales incapaces de hacer cumplir los derechos
colectivos.
Del conjunto de demandas presentadas por
CONACAMI ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, tres resultaron
con medidas cautelares por afectación a las condiciones de vida, salud,
alimentación, explotación agrícola, ganadera, aire, suelo y agua. Por la presencia
de depósitos de relaves y hostigamiento a una dirigente (caso de San Mateo de
Huanchor), por presencia de complejos metalúrgicos (caso de La Oroya ), y por la existencia
de depósitos de concentrado de minerales (provincia constitucional del Callao).
El 17 de agosto de 2004 la CIDH otorgó medidas
cautelares para proteger la vida y la integridad personal de Oscar Gonzáles y
los miembros de la Comunidad
de San Mateo de Huanchor. El 31 de agosto de 2007 la CIDH otorgó medidas
cautelares a favor de 65 moradores de la ciudad de La Oroya , porque los
beneficiarios sufren de una serie de afectaciones a la salud a consecuencia de
altos índices de contaminación del aire, suelo y agua.
Además, el 11 de
agosto de 2006 la CIDH
otorgó medidas cautelares a favor de Margarita Pérez Anchiraico, Presidenta del
Comité de Afectados por la
Minería de Mayoc, porque había sido objeto de constantes
actos de hostigamiento a causa de su activismo respecto de la situación de la Comunidad de San Mateo
de Huanchor.
Del 2006 al 2009, CONACAMI
ha presentado informes alternativos ante la Organización Internacional
del Trabajo, OIT. De todos ellos, recién el informe del 2008 tuvo resultado
positivo porque el 20 de febrero la
OIT hizo públicas sus observaciones al Estado peruano, en las
cuales incide en diversos derechos que el Estado debe cumplir, como el derecho
a consulta previa, libre e informada, derechos territoriales y otros que señala
el Convenio 169.
Se elevó un
informe al Comité para la
Eliminación de la Discriminación Racial ,
CERD, de las Naciones Unidas, sobre la conducta y expresiones racistas del
presidente Alan García hacia los pueblos indígenas. Esta instancia, el 28 de
agosto emitió un documento que contiene recomendaciones y observaciones al
gobierno peruano, en el que enfatiza que el Estado peruano debe visibilizar a
los pueblos indígenas incluyéndolos en datos estadísticos; aprobar leyes de
consulta y participación; y garantizar institucionalidad para la representación
indígena, entre otros importantes puntos.
CONACAMI también
presentó informes ante el Relator Especial de las Naciones Unidas para los
Pueblos Indígenas, James Anaya, sobre la permanente violación a los derechos de
los pueblos indígenas. Los sucesos de Bagua merituaron que el Relator solicite
una visita oficial para indagar in situ
sobre los acontecimientos. En su informe de esta visita, Anaya recomienda hacer
una investigación exhaustiva con la participación de miembros del Estado y de
los pueblos indígenas.
Producto de estos
informes, delegados de los organismos especializados de Naciones Unidas se
hicieron presentes en el Perú y dialogaron con funcionarios del Estado, a
quines solicitaron tomar en cuenta las recomendaciones y observaciones que el Estado
viene recibiendo a efectos de que no se agudicen los conflictos que se generan
producto de un divorcio en el diálogo entre el gobierno y la sociedad civil. En
este marco son destacables las visitas de Pastor Murillo, miembro del CERD, y
de Jorge Araya de la Oficina
del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Panamá, ambas realizadas en noviembre.
Estas experiencias
se convierten en retos para el movimiento indígena peruano, que necesita dar seguimiento
al cumplimiento de las recomendaciones por parte del Estado y demandar a los
organismos internacionales que también lo hagan, a efectos de que todos los
informes de los organismos internacionales se conviertan en medidas efectivas
para la protección de los derechos de las comunidades y pueblos indígenas.
CONACAMI, junto a
otras organizaciones similares, tiene la tarea de seguir elevando informes
alternativos y darle seguimiento a las recomendaciones y observaciones ya dadas,
con la finalidad de que, en un futuro, se logre un documento resolutivo con
carácter vinculante desde las Naciones Unidas. Y también la de seguir presentando
informes y llamamientos de urgencia ante los relatores especiales y solicitar
su presencia en el Perú, a efectos de que sostengan reuniones con
representantes de las organizaciones nacionales y regionales, para que los
organismos internacionales tengan una mirada más completa de todos los casos de
violación a los derechos de los pueblos indígenas.
Wilwer
Vilca Quispe, es Maestro en Derechos Humanos, Miembro del Consejo Consultivo de
la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas y Responsable de incidencia
de CONACAMI Perú.
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