miércoles, 18 de noviembre de 2009

Colombia: II Asamblea de Mujeres Indígenas


II Asamblea de Mujeres Indígenas: un sueño cumplido, muchos por construir


Con una declaración que contempla varias propuestas y sienta su rechazo al conflicto y la violación sistemática a los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, concluyó la Segunda Asamblea que desbordó, incluso las expectativas esperadas…
Asentamiento Cajones, Florida, Valle del Cauca, Noviembre 2009
Los objetivos propuestos para el desarrollo de la II Asamblea Nacional de Mujeres Indígenas -convocada por la Consejería de Mujer, Familia y Generación de la Onic, en cabeza de Dora Liliana Tavera, del Pueblo Pijao y consejera del Área- se cumplieron a cabalidad, incluso desbordó las expectativas.

El máximo evento de la mujer indígena colombiana se llevó a cabo en el Asentamiento Cajones, municipio de Florida, departamento Valle del Cauca; esta comunidad nasa -adscrita a la Organización Regional Indígena del Valle del Cauca, Orivac- acogió con gran afecto a la comitiva de más de 200 mujeres, quienes participaron en la Asamblea. Elizabeth Tique, indígena pijao, una de las mujeres que participó describió el sitio, como un “lugar hermoso, lleno de tranquilidad, rodeado de naturaleza y lleno de vida”.
Por su parte la consejera Dora, exalto el recibimiento y la atención de esta comunidad que pese a ser muy pequeña en número de habitantes -15 familias- y con poco espacio geográfico fue muy grande de corazón. “Todo fue tan bien organizado: la gente muy atenta, la guardia cumplió un destacado papel, todo perfecto… todo estaba preparado, cada cual tenía su función específica y eso demuestra que la organización del Valle es muy fuerte en logística y política, eso da una muy buena imagen y de ahora en adelante el trabajo con las mujeres acá va a ser mejor…”, sostuvo.
Enseñanzas de la Asamblea
La Consejera Dora Tavera en conversación con el Sistema de Información, Investigación y Comunicación de la Onic,  Sico, expresó su satisfacción por la acogida de las mujeres al evento, analizó el momento actual de la mujer indígena en el país y planteó los retos que se avecinan.
Sico. Cuál es su conclusión de la Asamblea   
Dora Liliana Tavera, DLT. Estoy muy contenta, por varias razones, una la asistencia, llegaron todas las mujeres de los pueblos que hacen parte de la Onic -a excepción de las Awá y las U’wa-. Dos por la participación de todas las mujeres; esta vez invitamos a mujeres que tienen mucha experiencia en el proceso, y eso motivó mucho a las mujeres que apenas comienzan con toda una responsabilidad en el tema…
Tres, las propuestas de las mujeres que desbordaron la expectativa; sus propuestas fueron serias y mostraron su compromiso algo muy importante para fortalecer nuestros  proceso. Otra satisfacción es que las mujeres entendieron que tenemos que empezar a incidir al interior de las comunidades…  
Sico. En su consejería se han realizado dos Asambleas de mujeres, no obstante usted reconoce muy difícil posicionar el tema de mujer, ¿ha habido avances?
DLT. ¡Claro!, ha habido muchos avances, yo diría que a partir del VII Congreso en el cual las mujeres logramos hacer el mandato que está vigente y que pudiéramos dar como ese norte al tema de mujer a nivel nacional nos ha permitido avanzar, también, en lo regional.
Ha incrementado la partición de las mujeres en cuanto a socialización, propuestas y compromisos. Logramos por ejemplo, en Unuma -Meta- la elección de la coordinadora del Área de mujer; en el Pueblo Zenu se ha reactivado la actividad de la mujer que estaba un poquito estancada.
Logramos integrar regionales como la del Cauca y Antioquia que estaban aisladas del proceso nacional; hoy están acá ayudándonos a construir. También hemos integrado  mujeres que no hacen parte de la Onic como las mujeres wayuú -Fuerza de Mujeres-, las mujeres del Pueblo Aruhaco, mujeres de AICO, de OPIAC; el propósito es que nos podamos reunir a hablar de los mismos temas y ponernos de acuerdo para -de una u otra forma- establecer acciones conjuntas.
Sico. Cuáles son los logros más destacados y los principales retos de la mujer indígena en Colombia   
DLT. Los logros que hay un comité de apoyo para el Área (Consejo Nacional de Mujeres), que no sólo fortalece el trabajo del área sino a las macro; son dos mujeres por regional que ayudan a orientar a las demás mujeres y adelantan propuestas para salir adelante. Ese es un gran logro para el tema de mujer en aspectos políticos y organizativos; cuando hay 10 mujeres en las macros anunciando el tema de mujer hacen mucho más eco que una, hay más respaldo. Me siento mucho más respaldada.
Los retos apuntan a fortalecer cada vez más el proceso, llevamos alrededor de 40 años consolidando el proceso, hemos avanzado, nos falta mucho, pero hay que seguir… Bueno hace 20 años el tema a tratar era otro, hoy los temas son mucho más fuertes y creo que cada día lo serán  más; hay que fortalecernos para afrontarlos… 
Otro reto es cómo lograr que haya quién ponga el tema sobre la mesa en lo regional
Sico. En esta Asamblea hubo un énfasis espiritual…
DLT. Sí, nosotras -las mujeres indígenas- somos trasmisoras de una herencia cultural y somos muy espirituales, esa es una de nuestras grandes fortalezas, la espiritualidad nos ayuda; porque armonizar con la naturaleza, pedirle permiso, hacer los rituales, tener mujeres médicos tradicionales, siempre las hemos tenido en los eventos eso nos ayuda a armonizar y dinamizar las actividades
Creo que cualquier evento sea de mujeres o no, debe empezar por lo más importante que es lo espiritual para orientar nuestras actividades en bien de todos…
Sico. El reconocimiento que se hizo a algunas mujeres que han aportado al proceso, ¿es un estimulo a las mujeres jóvenes que apenas comienzan…?
DLT. Sí. Además de ser un reconocimiento al trabajo de las mujeres es, en efecto, un  estimulo a las compañeras que comienzan proceso. Estamos acostumbrados a pasar por encima de lo que otras personas hacen y eso debe cambiar; decirle a ellas que fue muy importante lo que hicieron en su camino, reconocerles toda esa experiencia y que nos la trasmitan para que no se queden con ese conocimiento, pues una joven entra a aprender, es decirles venga nos ayuda que entre todas nos vamos formando.
Es también para acercarlas a que nos apoyen el área de mujeres sin desconocer el arduo trabajo que realizan en otras áreas.
Así vivieron las mujeres la Asamblea   
La II Asamblea Nacional de Mujeres Indígenas se realizó la primera semana de noviembre y recibió el nombre de: Orfa Mary Bubú, concedido en honor a esta destacada mujer, impulsora del proceso organizativo indígena del Valle del Cauca. Así registraron para la historia las mujeres este destacado acontecimiento:
Con el permiso de nuestros guías y ancestros espirituales; acompañadas de los cuatro elementos naturales: fuego, aire, agua y tierra mujeres kankuamas, aruhacas, koguis, wiwa, wayuú, emberas chamí -katío, eperara siapidara, dovida-, barí, pijao, muiscas, bora, huitoto, chimilas, yukpas, zenu, nasa, yanacona, koreguaje, pastos, sicuani, curripaco, ingas y de muchos otros pueblos… nos reunimos durante una semana para socializar nuestra realidad, debatir los temas que nos afectan y hacer propuestas frente a los mismos entre otras expectativas.
Los objetivos que nos trazamos para realizar la Asamblea fueron entre otros compartir experiencias organizativas y reflexionar sobre el contexto y el impacto del conflicto armado en nuestras comunidades y organizaciones; reflexionar y construir desde nuestra perspectiva propuestas sobre cómo debe ser un gobierno indígena; construir e instalar el Consejo Nacional de Mujeres; reflexionar sobre el tema de mujer indígena y política pública; consensuar un posicionamiento frente al Auto 092 (2008) y Auto 004 (2009), la Ley de Mujer Rural y la Mesa Nacional de Concertación indígena y adoptar medidas para fortalecer el proceso mujeres indígenas a nivel local, regional y nacional.
Nos agrupamos en equipos de trabajo por macro regionales para facilitar el proceso; tejimos juntas la palabra, inmersas en el dolor de madres, esposas, compañeras, hijas, hermanas, amigas y constructoras de vida; nos vestimos de paciencia, fortaleza y sabiduría para construir propuestas concretas de temas estructurales y coyunturales que afectan a nuestras comunidades y territorios, nuestras familias y principios.
Expusimos y compartimos experiencias, logros y sufrimientos, nuestras dificultades y fortalezas; analizamos el Auto 092 los beneficios y perjuicios que este representa, hablamos de políticas públicas, consulta previa, reelección, conflicto armado, programas de gobierno y su repercusión en nuestras familias y comunidades; debatimos sobre los ultrajes institucionales en contra nuestra: señalamientos, violencia sexual-sicológica, física y toda una serie de temas que hacen parte del contexto de nuestra realidad que enfrentamos en nuestro diario vivir.
Embellecimos aún más el lugar; en el compartir de saberes rendimos homenaje a aquellas Mujeres Resistentes[1] que lo han dado todo por la pervivencia de nuestros pueblos, disfrutamos de la compañía de algunos hombres líderes del sector y de tres consejeros de la Onic, quienes aportaron ideas valiosas para fortalecer nuestro proceso.
Contamos con la visita de representantes de algunas entidades cooperantes de la Onic, quienes disiparon dudas y compartieron sentimientos de admiración hacia nosotras y nuestros pueblos.
Como símbolo de obediencia siguiendo el mandato del VII Congreso elegimos por primera vez en la historia de la Onic y de su Área Mujer Familia y Generación el Consejo Nacional de Mujeres Indígenas, conformado por diez mujeres entre sabias y jóvenes que se convierten en sinónimo de un árbol fuerte, frondoso con raíces firmes y ramas extensas encargadas de proteger y oxigenar la vida misma, darán excelentes frutos que serán el soporte para seguir luchando.
El Consejo Nacional de Mujeres tendrá como función acompañar, orientar y hacer veeduría al proceso; esta instancia fue conformada por dos mujeres de cada macro regional y son ellas las siguientes: Mercedes Rodríguez, Neida Yaneth Yepez, Ana Tulia Zapata, Yadennis Aguirre, Yaneth Carlosama J., Clemencia Herrera, Mildred Montero, María Silveria Laudith, Alba María Yate, Lastenia Socha.  
Con una declaración que contempla varias propuestas y sienta su rechazo al conflicto y la violación sistemática a los derechos fundamentales y colectivos de las mujeres y pueblo indígenas concluyó la Segunda Asamblea que desbordó, incluso las expectativas esperadas; en este sentido con una mezcla de emoción y dolor nos despedimos llenas de orgullo y esperanza para continuar nuestro camino y labrar desde ya la trocha para el encuentro del próximo año en el departamento del Meta.

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