II
Asamblea de Mujeres Indígenas: un sueño cumplido, muchos por construir
Con una
declaración que contempla varias propuestas y sienta su rechazo al conflicto y
la violación sistemática a los derechos de las mujeres y pueblos indígenas,
concluyó la Segunda Asamblea que desbordó, incluso las expectativas esperadas…
Asentamiento Cajones, Florida, Valle del
Cauca, Noviembre 2009
Los objetivos propuestos para el desarrollo
de la II Asamblea Nacional de Mujeres Indígenas -convocada por la Consejería de
Mujer, Familia y Generación de la Onic, en cabeza de Dora Liliana Tavera, del
Pueblo Pijao y consejera del Área- se cumplieron a cabalidad, incluso desbordó
las expectativas.
El máximo
evento de la mujer indígena colombiana se llevó a cabo en el Asentamiento
Cajones, municipio de Florida, departamento Valle del Cauca; esta comunidad
nasa -adscrita a la Organización Regional Indígena del Valle del Cauca, Orivac-
acogió con gran afecto a la comitiva de más de 200 mujeres, quienes
participaron en la Asamblea. Elizabeth Tique, indígena pijao, una de las
mujeres que participó describió el sitio, como un “lugar hermoso, lleno de
tranquilidad, rodeado de naturaleza y lleno de vida”.
Por su parte
la consejera Dora, exalto el recibimiento y la atención de esta comunidad que
pese a ser muy pequeña en número de habitantes -15 familias- y con poco espacio
geográfico fue muy grande de corazón. “Todo fue tan bien organizado: la gente
muy atenta, la guardia cumplió un destacado papel, todo perfecto… todo estaba
preparado, cada cual tenía su función específica y eso demuestra que la
organización del Valle es muy fuerte en logística y política, eso da una muy
buena imagen y de ahora en adelante el trabajo con las mujeres acá va a ser
mejor…”, sostuvo.
Enseñanzas de la Asamblea
La Consejera
Dora Tavera en conversación con el Sistema de Información, Investigación y
Comunicación de la Onic, Sico, expresó su satisfacción por la acogida de
las mujeres al evento, analizó el momento actual de la mujer indígena en el
país y planteó los retos que se avecinan.
Sico. Cuál es su conclusión de la Asamblea
Dora Liliana Tavera, DLT. Estoy muy contenta, por
varias razones, una la asistencia, llegaron todas las mujeres de los pueblos
que hacen parte de la Onic -a excepción de las Awá y las U’wa-. Dos por la
participación de todas las mujeres; esta vez invitamos a mujeres que tienen
mucha experiencia en el proceso, y eso motivó mucho a las mujeres que apenas
comienzan con toda una responsabilidad en el tema…
Tres, las
propuestas de las mujeres que desbordaron la expectativa; sus propuestas fueron
serias y mostraron su compromiso algo muy importante para fortalecer nuestros
proceso. Otra satisfacción es que las mujeres entendieron que tenemos que
empezar a incidir al interior de las comunidades…
Sico. En su consejería se han realizado dos Asambleas de mujeres, no
obstante usted reconoce muy difícil posicionar el tema de mujer, ¿ha habido
avances?
DLT. ¡Claro!, ha habido muchos avances, yo diría que a partir del VII
Congreso en el cual las mujeres logramos hacer el mandato que está vigente y
que pudiéramos dar como ese norte al tema de mujer a nivel nacional nos ha
permitido avanzar, también, en lo regional.
Ha
incrementado la partición de las mujeres en cuanto a socialización, propuestas
y compromisos. Logramos por ejemplo, en Unuma -Meta- la elección de la
coordinadora del Área de mujer; en el Pueblo Zenu se ha reactivado la actividad
de la mujer que estaba un poquito estancada.
Logramos
integrar regionales como la del Cauca y Antioquia que estaban aisladas del
proceso nacional; hoy están acá ayudándonos a construir. También hemos
integrado mujeres que no hacen parte de la Onic como las mujeres wayuú
-Fuerza de Mujeres-, las mujeres del Pueblo Aruhaco, mujeres de AICO, de OPIAC;
el propósito es que nos podamos reunir a hablar de los mismos temas y ponernos
de acuerdo para -de una u otra forma- establecer acciones conjuntas.
Sico. Cuáles son los logros más destacados y los principales retos de la
mujer indígena en Colombia
DLT. Los logros que hay un comité de apoyo para el Área (Consejo Nacional de
Mujeres), que no sólo fortalece el trabajo del área sino a las macro; son dos
mujeres por regional que ayudan a orientar a las demás mujeres y adelantan
propuestas para salir adelante. Ese es un gran logro para el tema de mujer en
aspectos políticos y organizativos; cuando hay 10 mujeres en las macros
anunciando el tema de mujer hacen mucho más eco que una, hay más respaldo. Me
siento mucho más respaldada.
Los retos
apuntan a fortalecer cada vez más el proceso, llevamos alrededor de 40 años
consolidando el proceso, hemos avanzado, nos falta mucho, pero hay que seguir…
Bueno hace 20 años el tema a tratar era otro, hoy los temas son mucho más
fuertes y creo que cada día lo serán más; hay que fortalecernos para
afrontarlos…
Otro reto es
cómo lograr que haya quién ponga el tema sobre la mesa en lo regional
Sico. En esta Asamblea hubo un énfasis espiritual…
DLT. Sí, nosotras -las mujeres indígenas- somos trasmisoras de una herencia
cultural y somos muy espirituales, esa es una de nuestras grandes fortalezas,
la espiritualidad nos ayuda; porque armonizar con la naturaleza, pedirle
permiso, hacer los rituales, tener mujeres médicos tradicionales, siempre las
hemos tenido en los eventos eso nos ayuda a armonizar y dinamizar las
actividades
Creo que
cualquier evento sea de mujeres o no, debe empezar por lo más importante que es
lo espiritual para orientar nuestras actividades en bien de todos…
Sico. El reconocimiento que se hizo a algunas mujeres que han aportado
al proceso, ¿es un estimulo a las mujeres jóvenes que apenas comienzan…?
DLT. Sí. Además de ser un reconocimiento al trabajo de las mujeres es, en
efecto, un estimulo a las compañeras que comienzan proceso. Estamos
acostumbrados a pasar por encima de lo que otras personas hacen y eso debe
cambiar; decirle a ellas que fue muy importante lo que hicieron en su camino,
reconocerles toda esa experiencia y que nos la trasmitan para que no se queden
con ese conocimiento, pues una joven entra a aprender, es decirles venga nos
ayuda que entre todas nos vamos formando.
Es también
para acercarlas a que nos apoyen el área de mujeres sin desconocer el arduo trabajo
que realizan en otras áreas.
Así vivieron las mujeres la Asamblea
La II
Asamblea Nacional de Mujeres Indígenas se realizó la primera semana de
noviembre y recibió el nombre de: Orfa Mary Bubú, concedido en honor a
esta destacada mujer, impulsora del proceso organizativo indígena del Valle del
Cauca. Así registraron para la historia las mujeres este destacado
acontecimiento:
Con el permiso de nuestros
guías y ancestros espirituales; acompañadas de los cuatro elementos naturales:
fuego, aire, agua y tierra mujeres kankuamas, aruhacas, koguis, wiwa, wayuú,
emberas chamí -katío, eperara siapidara, dovida-, barí, pijao, muiscas, bora,
huitoto, chimilas, yukpas, zenu, nasa, yanacona, koreguaje, pastos, sicuani,
curripaco, ingas y de muchos otros pueblos… nos reunimos durante una semana
para socializar nuestra realidad, debatir los temas que nos afectan y hacer
propuestas frente a los mismos entre otras expectativas.
Los objetivos que nos trazamos
para realizar la Asamblea fueron entre otros compartir experiencias organizativas y reflexionar sobre el contexto y
el impacto del conflicto armado en nuestras comunidades y organizaciones;
reflexionar y construir desde nuestra perspectiva propuestas sobre cómo debe
ser un gobierno indígena; construir e instalar el Consejo Nacional de Mujeres;
reflexionar sobre el tema de mujer indígena y política pública; consensuar un
posicionamiento frente al Auto 092 (2008) y Auto 004 (2009), la Ley de Mujer
Rural y la Mesa Nacional de Concertación indígena y adoptar medidas para
fortalecer el proceso mujeres indígenas a nivel local, regional y nacional.
Nos agrupamos en equipos de
trabajo por macro regionales para facilitar el proceso; tejimos juntas la
palabra, inmersas en el dolor de madres, esposas, compañeras, hijas, hermanas,
amigas y constructoras de vida; nos vestimos de paciencia, fortaleza y
sabiduría para construir propuestas concretas de temas estructurales y
coyunturales que afectan a nuestras comunidades y territorios, nuestras
familias y principios.
Expusimos y compartimos
experiencias, logros y sufrimientos, nuestras dificultades y fortalezas;
analizamos el Auto 092 los beneficios y perjuicios que este representa,
hablamos de políticas públicas, consulta previa, reelección, conflicto armado,
programas de gobierno y su repercusión en nuestras familias y comunidades;
debatimos sobre los ultrajes institucionales en contra nuestra: señalamientos,
violencia sexual-sicológica, física y toda una serie de temas que hacen parte
del contexto de nuestra realidad que enfrentamos en nuestro diario vivir.
Embellecimos aún más el lugar;
en el compartir de saberes rendimos homenaje a aquellas Mujeres Resistentes[1]
que lo han dado todo por la pervivencia de nuestros pueblos, disfrutamos de la
compañía de algunos hombres líderes del sector y de tres consejeros de la Onic,
quienes aportaron ideas valiosas para fortalecer nuestro proceso.
Contamos con la visita de
representantes de algunas entidades cooperantes de la Onic, quienes disiparon
dudas y compartieron sentimientos de admiración hacia nosotras y nuestros
pueblos.
Como símbolo de obediencia
siguiendo el mandato del VII Congreso elegimos por primera vez en la historia
de la Onic y de su Área Mujer Familia y Generación el Consejo Nacional de
Mujeres Indígenas, conformado por diez mujeres entre sabias y jóvenes que se
convierten en sinónimo de un árbol fuerte, frondoso con raíces firmes y ramas
extensas encargadas de proteger y oxigenar la vida misma, darán excelentes
frutos que serán el soporte para seguir luchando.
El Consejo Nacional de Mujeres
tendrá como función acompañar, orientar y hacer veeduría al proceso; esta
instancia fue conformada por dos mujeres de cada macro regional y son ellas las
siguientes: Mercedes Rodríguez, Neida Yaneth Yepez, Ana Tulia Zapata, Yadennis
Aguirre, Yaneth Carlosama J., Clemencia Herrera, Mildred Montero, María
Silveria Laudith, Alba María Yate, Lastenia Socha.
Con una declaración que contempla varias
propuestas y sienta su rechazo al conflicto y la violación sistemática a los
derechos fundamentales y colectivos de las mujeres y pueblo indígenas concluyó
la Segunda Asamblea que desbordó, incluso las expectativas esperadas; en este
sentido con una mezcla de emoción y dolor nos despedimos llenas de orgullo y
esperanza para continuar nuestro camino y labrar desde ya la trocha para el
encuentro del próximo año en el departamento del Meta.
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