MEXICO: Cómo celebramos la muerte del Patrimonio natural y cultural
de Santa Cruz Xoxocotlan. (Fuente:
Binigulazaa). Como alguien dijo: los oaxaqueños no le
tenemos miedo a la muerte. Por ello será que destruimos nuestro medio ambiente
con gran despreocupación, dejamos que se quemen los cerros, cortamos árboles
sólo por gusto, cazamos animales silvestres, tiramos basura donde se nos
hinche; se pastorean chivos sin control, se invaden terrenos comunales, se
crean asentamientos irregulares, sin importarnos un cacahuate el daño que
causamos a la ecología, a la comunidad y a las futuras generaciones.
Todas estas
acciones son la causa de la carencia de agua potable en el municipio y sus
colonias. Creemos que es urgente recuperar el terreno perdido por la
deforestación, el pastoreo y la negligencia institucional, poniéndonos a reforestar especies nativas, a darles mantenimiento a las presas y a hacer
un manejo sustentable de las faldas de los cerros de Monte Albán, para acopiar
las aguas de lluvia y recargar los mantos acuíferos del subsuelo municipal.
¿A dónde van las almas de los muertos?
En el México antiguo hay cuatro mansiones donde van los muertos:
El
Chichihuacuauhco, «En donde está el árbol nodriza», es la primera mansión de
los muertos. Allí van los niños que mueren sin haber llegado a la edad de la
razón. El Tlaloccan «El paraíso», donde van los guerreros que mueren en
batalla, las mujeres que mueren durante el parto, así también los que perecen
por ahogamiento. El Ilhuicatl tonatiuh , «Lugar de fiesta del Sol», era el
cielo del sol, donde van los héroes y heroínas de la historia.
Y el Mictlan,
«Lugar de los muertos». Allí van todos los que mueren de enfermedad natural,
fueran señores o macehuales, sin distinción de rango o riquezas. Es un lugar
amplio, cerrado, oscuro y con nueve estancias. Reinan en esta mansión
Mictlantecutli y Mictlacihuatl, su
compañera.
Mictlantecutli tiene su templo, el Tlaxicco,
«El Ombligo de la Tierra »,
por lo que se creía fuera este lugar la entrada en el centro de la tierra. En
Oaxaca, el antiguo palacio de Mitla se erigió sobre la entrada de una profunda
gruta, de la que dan testimonio historiadores del siglo XVIII.
Un tortuoso camino para el Mictlan
Para llegar al
Mictlan los muertos hacen un largo y penoso viaje. Primero, auxiliados por un perrillo, hay que
cruzar el río Apanoayan. Después, despojado de toda vestidura, se cruza por entre dos montañas
que chocan la una con la otra, y que llaman: Tepeme Monamictía; Luego pasan por un cerro erizado de
pedernales, el Itztepetl. A continuación se atravieza el Cehuecayan, ocho collados en los que
siempre está cayendo nieve. Después se pasan ocho páramos en donde los vientos
cortan como navajas, llamados Itzehecayan. Encontrándose después con un tigre
que le come el corazón, Teocoylehualoyan. Se cae después en el Apanhuiayo, agua
negra en que está el lagarto Xochitonal; por último, se tienen que atravesar
nueve ríos, llamados Chiconauhapan.»
Por ello,
cuando alguien moría, los maestros de las ceremonias mortuorias, vestían
al difunto, de acuerdo a la divinidad protectora del oficio que realizó
en vida. Se le acompañaba con un jarro de agua para el viaje y les ponían unos
pedazos de papel, explicándole el uso que debía hacer de ellos.
Los salvoconductos para el
Mictlan
Al darles el
primer papel, el maestro de ceremonia le decían al muerto: con esto pasarás sin
peligro entre los dos montes que están peleando. Al darle el segundo papel le
decían: con este caminarás sin estorbo, defendido de la gran serpiente. El
tercer papel le decían: Con este irás seguro por el pantano del gran cocodrilo
Xochitonal. Los papeles eran salvoconductos para cruzar los obstáculos antes de
llegar al Mictlan. Para preservarlo del frío del lugar quemaban algunos
vestidos, sus armas y algunas provisiones. Mataban un perrito doméstico para
acompañar al difunto en el viaje, con una cuerda atada al cuello lo ayudaba a
cruzar el profundo río Chiconauhapam. Por último quemaban el cadáver, recogían
en una olla las cenizas y entre ellas ponían una cuenta de jade, que le había
de servir de corazón en el otro mundo. Enterraban la olla en un hoyo hondo y se
hacían oblaciones de pan y vino durante cuatro días. Cuando eran enterrados en
tumbas, generalmente se colocaban en posición extendida, bocarriba y la cuenta
de jade se le colocaba en la boca. Se le acompañaba de ofrendas, urnas y
objetos de uso ceremonial y
Importancia del agua en la
Fundación del Antiguo Xoxocotlan
En 1982 se
publica un estudio sobre un sistema de riego descubierto al sureste del pie de
Monte Albán. El sistema hidráulico se conformó por una presa y una canal de 2 kilómetros de
longitud.
Esta obra
surtía de agua a un asentamiento humano, fundado en la época de M. Albán Ia
(500 - 300 años a.C.), el cual creció hasta tener una
población de 250 habitantes alrededor del año 200 a .C., período en el que
cultivaron cerca de 50
hectáreas de milpa. Estos datos, nos muestran la
importancia que el gobierno de aquel entonces, le dio al manejo y aprovechamiento
del agua para uso agrícola y humano, en la fundación.
El manejo
eficiente del agua y sus afluentes, permitió las condiciones para la fundación
de Xoxocotlán, comunidad, ligada estrechamente a Monte Albán, acrópolis del primer Estado mesoamericano.
Ecoturismo Comunal El Chapulín A.C.
Nos proponemos
desarrollar en coordinación con el Comisariado de Bienes Comunales, apoyados
por organismos gubernamentales y civiles, proyectos y planes dirigidos a
restaurar el ecosistema del área, favorecer el acopio y recarga de agua en los
mantos del subsuelo municipal.
Se han
realizado diagnósticos con instituciones académicas y especialistas de la
sociedad civil, con el propósito de sustentar los proyectos posibles de
desarrollar.
Se han
reforestado, principalmente lechos de arroyos, cañadas y zonas de húmedad,
alrededor de 17 mil arbolitos de especies nativas, en el 2008 y el presente
año, con el apoyo de alumnos y autoridades escolares.
Se ha
desazolvado las 2 presas (el Chapulín y la Rota ), pero requieren mantenimiento y reforzar
sus bordos. Se han colocado letreros.
Se promueven
Talleres Ambientales y senderos interpretativos con las escuelas del municipio.
Dos vertientes culturales de veneracion a los muertos
En la
celebración del día de muertos en Santa Cruz Xoxocotlán, como en casi toda
Oaxaca, se funden dos importantes tradiciones religiosas. La tradición
cristiana, traída por los españoles, que resultó de las mezclas de las
religiosas europeas preexistentes, de origen celta, indoeuropeo y germano,
incorporadas después del siglo IV de nuestra Era, al catolicismo de Roma.
La otra gran
vertiente proviene de la espiritualidad mesoamericana. Se practicó entre
pueblos de diferentes lenguas y origenes; se guiaron por un calendario antiguo
de fiestas. Se componía de 18 meses o atados de 20 días cada uno. En el atado
llamado Miccailhuitl o Miccailhuitontli, «Fiesta o Fiestecita de los Muertos»
se veneraba a los niños muertos y bailaban con gran tristeza», también se
conoció como Tlaxochimaco «Se dan flores» y se iniciaban el 8 de agosto. Su
signo era un cadáver amortajado. La fiesta en la que se consagraban a los
muertos adultos, según Diego Durán se llamó
Hueymiccailhuitl «Gran fiesta de los Muertos», la cual se iniciaba el 27
de agosto.
Con la consumación
de la conquista española, la fiesta
indiana de los muertos se trasladó al mes de noviembre. La celebración traída
por los españoles, atribuye su origen, al obispo Bonifacio IV, en la provincia de Maguncia,
Alemania en el siglo VIII, quien instituyó el culto a los difuntos, iniciando
la festividad el 1 de noviembre. Sin embargo ésta costumbre ya existía en
Europa y fue introducida por los celtas 300 años antes de Cristo, la cual dio
origen a los halloween.
Herederos de las mejores tradiciones
Los historiadores
mencionan que entre los pueblos europeos precristianos existía la costumbre de
llevar a los cementerios pan, vino y otros alimentos. En las provincias de
Italia, los templos antiguamente paganos, ahora bajo el catolicismo,
continuaban siendo concurridos por el pueblo en estas festividades. Por lo que
en el año 998, la iglesia las incorpora
oficialmente, para celebrar las
almas de los fieles difuntos. En Francia, en el siglo XII, el
benedictino Odilón abad de Cluny, introduce en
la liturgia una celebración anual dedicada a los muertos cada 2 de
noviembre.
La fusión de
estas dos grandes tradiciones culturales de veneración de los muertos,
alimentada y recreada a través de cientos de años, por muchas generaciones de
familias de la comunidad de Xoxocotlán, hoy las vemos representadas en los
esplendidos altares de ofrendas, el exquisto petlatamal y otras comidas
ceremoniales, el arreglo de las tumbas y la noche de vela en el panteón, así
como la elaboración de los tapetes de
arenas de colores, pero sobre todo en la disposición y animosidad del pueblo
para recibir y celebrar la visita de sus fieles difuntos.
Entonces qué…
En conclusión,
podemos afirmar que si no nos preocupamos ahora y hacemos algo para revertir el
daño causado a la naturaleza, en acciones; ya sea desde nuestra casa, colonia o
campos comunales, pues en poco tiempo ya no habrá gente que nos recuerden y
celebren la fiesta de los difuntos que en vida fuimos unos depredadores rapaces
e indiferentes del presente y el devenir.
Santa Cruz Xoxocotlan, Oaxaca. Octubre de 2009.
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