IIRSA
vulnera derechos de los pueblos indígenas y de la Madre Naturaleza
Audiencia en
la CIDH dejó claramente establecida la vulneración del derecho a la consulta y
el consentimiento previo, libre e informado. Los pueblos indígenas no están en
contra de la IIRSA: la IIRSA está en contra de los pueblos indígenas.
Washington DC.- La
violación del derecho a la consulta y el consentimiento previo, libre e
informado quedó claramente establecida hoy en la Audiencia que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desarrolló sobre los impactos de la
Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana
(IIRSA).
La Audiencia se inició poco después de las 11:30 de
la mañana con las exposiciones de los representantes de las organizaciones
indígenas que la solicitaron, en las que detallaron los impactos que los
megaproyectos de la IIRSA provocan en los derechos de los pueblos indígenas y
de la Madre Naturaleza. Desplazamientos forzosos, pérdida de la biodiversidad,
intromisión de enfermedades y delincuencia, degradación ambiental irreversible,
fueron algunos de los severos impactos sustentados por los dirigentes indígenas
participantes.
Al término de la Audiencia, Luz Patricia Mejía,
presidenta de la Audiencia, señaló que las exposiciones de los demandantes
brindan a la CIDH una visión mucho más amplia sobre la situación del
cumplimiento del derecho a la consulta, reconocido por instrumentos
internacionales, en los países suramericanos. Y que estos aportes serán
incluidos en la relatoría que el Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas está
elaborando acerca del tema.
Derechos vulnerados
El primer expositor fue Leonardo Crippa, de Indian
Law Resource Center, una de las organizaciones solicitantes, quien detalló que
la IIRSA comprende 502 megaproyectos, de los cuales se incidiría en la
Audiencia en tres: la Carretera Interoceánica Sur en Bolivia, el complejo
hidroeléctrico del Río Madeira en Brasil y la misma carretera en el Perú.
Crippa hizo hincapié en que los megaproyectos de la
IIRSA sirven para otros numerosos proyectos mineros, hidroenergéticos, de
monocultivos y agrocombustibles en territorios indígenas, cuya ejecución
implica la vulneración de derechos reconocidos internacionalmente. Y recordó que
la IIRSA es financiada principalmente por el BID, FONPLATA Y BNDES.
Detalló que estos megaproyectos vulneran tres
derechos en particular: a la propiedad colectiva de la tierra, al ser trazados
sobre territorios indígenas; a la libre determinación y el autogobierno, al
desconocer las formas de desarrollo, las autoridades y el proceso de toma de
decisiones propios de los pueblos indígenas; y a la integridad y la salud, con
la contaminación y la pérdida de la biodiversidad.
Casos específicos
Rodolfo López, Primer Cacique General de la
Organización Indígena de la Chiquitanía, recordó que la idea de la Carretera
Interoceánica Sur en Bolivia proyecta unir Santa Cruz y Puerto Suárez a través
de 600 kilómetros de recorrido, en los cuales afecta directamente a 31
comunidades, amenazando su cultura, su biodiversidad y su integridad, porque
permite la invasión de sus territorios.
Narciso Roca, Presidente de la Central de
Comunidades de la zona, añadió que las tierras comunales no están tituladas, lo
que les impide acceder a las compensaciones por reparación de tierras. Y que la
carretera causa deforestación, caza indiscriminada por parte de comerciantes de
carne silvestre a quienes facilita el acceso, contaminación del agua por el
arrojo de combustibles, aceites y otros, y migración masiva a la zona.
Por su parte, Telma Delgado Monteiro, representante
de las Comunidades Nativas de Pueblos Indígenas de Rondonia, Brasil, dijo que
los proyectos hidroeléctricos en el Río Madeira tienen como verdadero objetivo
favorecer el monocultivo de soja. Y denunció que los estudios de impacto
ambiental que se han realizado nunca incluyeron los impactos transfronterizos
Perú-Bolivia-Brasil.
“Las audiencias públicas no fueron realizadas y las
licencias para las obras fueron otorgadas cuando éstas ya estaban ejecutándose,
con lo que se ha violado el derecho a la consulta y al consentimiento previo,
libre e informado”, subrayó.
Precisó que las obras han provocado el
desplazamiento de un millón de personas, causan degradación irreversible en la
biodiversidad, inundan tierras fértiles, aumentan la incidencia de malaria, han
incrementado la deforestación en 600% y afectan principalmente a los pueblos
indígenas en aislamiento voluntario.
Otra integración
Miguel Palacín Quispe, Coordinador General de la
CAOI, aclaró que los pueblos indígenas no están en contra de la integración,
sino que tienen otra forma de mirar el desarrollo: “el buen vivir, en armonía
entre los hombres y la Madre Naturaleza, es el aporte de los pueblos indígenas
frente a la amenaza del calentamiento global”, enfatizó.
Indicó que la Interoceánica Sur proyecta unir tres
puertos peruanos: Ilo, Matarani y Marcona con el Brasil, a fin de favorecer el
acceso a los bienes naturales por las empresas transnacionales. Son 2603
kilómetros de carretera que implican un endeudamiento que supera los mil
quinientos millones de dólares para el Perú.
La carretera, explicó, afecta los territorios de
3952 comunidades andinas y 78 comunidades nativas, tres parques nacionales y
dos reservas naturales que suman más de cinco millones de hectáreas, las cuales
albergan especies únicas que serán llevadas al borde de la extinción.
Entre los impactos más graves, mencionó el estímulo
a la minería, la explotación de madera, la migración, la tugurización de las
ciudades, los monocultivos, el desvío de cauces de ríos, la destrucción de
sitios sagrados, la invasión de territorios, sobre todo de pueblos indígenas en
aislamiento voluntario, la división de comunidades, la delincuencia y la
extinción de los pueblos.
En cuanto a la central hidroeléctrica de Inambiri,
Palacín Quispe dijo que ésta afecta 46 mil hectáreas de tierras de
cultivo en las regiones peruanas de Cusco, Puno y Madre de Dios, lo que causará
el desplazamiento forzoso de los pueblos al ver destruido su modo de vida.
“Los pueblos indígenas –finalizó el Coordinador
General de la CAOI- no estamos en contra de la IIRSA: es la IIRSA la que está
en contra de los pueblos indígenas”.
Washington DC, Estados Unidos, 2 de noviembre de
2009.
Fuente: CAOI
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